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ECLECTICISMO EN LA UTILIZACIÓN DE UN METÓDO

Eclecticismo en la elección del método Para finalizar nuestro recorrido histórico de los principales métodos usados en la enseñanza de idiomas. ¿Cuál de éstos debemos seguir en nuestras clases? La respuesta parece obvia: el mejor. Pero, ¿hay unos métodos mejores que otros? Y en caso afirmativo, ¿cómo podremos saber qué método es el mejor? Y aquí nos encontramos con un grave problema. Es prácticamente imposible concluir que un método es mejor que otro. Son tantas las variables que entran en una situación de enseñanza-aprendizaje que cualquier experimento sobre la mayor o menor eficacia de un método con relación a otro nunca podrá ser concluyente. ......................... Todo lo dicho hasta ahora nos lleva, pues, a una conclusión, tal vez escéptica, pero que es la única posible: la necesidad de ser eclécticos en la elección del método, de aceptar lo que cada corriente metodológica tiene de bueno y positivo, de recoger lo que sea más adecuado para la situación y circunstancias de nuestros alumnos. Si nos ceñimos a un determinado método de forma absoluta, corremos el riesgo de ser exclusivistas, de concentrar nuestros esfuerzos en un aspecto determinado del idioma (lengua hablada o lengua escrita, vocabulario o gramática, etc.), olvidando los otros, igualmente importantes. Esta necesidad de eclecticismo no se basa sólo en fundamentos teóricos, en la comparación de los distintos métodos. Tiene también un fundamento práctico en las mismas características del alumnado de las Escuelas Oficiales de Idiomas: cada alumno viene a estudiar el inglés con una finalidad concreta, distinta de la de sus compañeros. Si todos quisieran ser traductores, se podría seguir el método tradicional de la gramática y la traducción, sin necesidad de preocuparse por enseñarles la lengua hablada. Pero esta es una situación imaginaria, completamente irreal. Unos alumnos necesitarán la lengua que estudian para leer obras técnicas o profesionales no traducidas al español, otros para entenderse con los nativos en sus viajes profesionales o turísticos, etc. De ahí la necesidad de enseñar la lengua extranjera de forma comprensiva, abarcando todas sus facetas. Posteriormente, cada alumno podrá especializarse en la destreza que le convenga o necesite más, según sus intereses particulares o profesionales. Pero en la fase inicial del aprendizaje nuestra misión como profesores es la de promover un dominio básico y sólido de todos los aspectos del idioma, que se concretan en la adquisición de las cuatro destrezas lingüísticas básicas. Este planteamiento, por otra parte, coincide con los objetivos generales que marca el real decreto 1523/1989, de 1 de diciembre, para el primer nivel de las enseñanzas especializadas de idiomas extranjeros. "El ciclo elemental -se lee en el anexo de este real decreto, apartado 1.1.1.- tiene como objetivo primordial que el alumno adquiera un nivel básico de competencia en la expresión y comprensión de la lengua objeto de estudio, tanto en su forma hablada como escrita, para que sea capaz de utilizarla en situaciones cotidianas como instrumento de comunicación". Si el objetivo primordial de nuestro trabajo como profesores en la Escuela Oficial de Idiomas es conseguir que nuestros alumnos sean capaces de usar la lengua extranjera como instrumento de comunicación, parece congruente el concluir que debemos seguir una metodología basada en el enfoque comunicativo, pero sin caer en sus defectos y sabiendo incorporar los elementos positivos que se encuentran en las otras corrientes metodológicas que veíamos en nuestro repaso histórico.